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lunes, 20 de junio de 2011

Auditoria de estados financieros

Por Cynthia Osuna

La falta de ética y moral en nuestros días se ha convertido en el pan de cada día para muchos y al mismo tiempo para todos. No es el problema de una raza, de una nación o de una profesión en específico. Es más bien, un mal general; una epidemia mundial. Sin embargo, tomando en cuenta lo dicho, existen profesiones que están precisamente más vulnerables al respecto, tal es el caso de la profesión que analizaré en este ensayo: La auditoría.

Como es ya sabido, la auditoría de estados financieros tiene como objetivo el brindar una opinión acerca de la razonabilidad de las cifras presentadas en los estados financieros de una entidad. La finalidad del trabajo del auditor es de interés público, ya que la opinión que emita acerca de los estados financieros, muy probablemente tendrá una importante influencia en la toma de decisiones con respecto a la entidad en cuestión. Es aquí donde encontramos el punto más vulnerable de la auditoría: se trata de un trabajo de “interés público”. Y como es aplicable para todos los aspectos de la vida, “los trapos sucios se lavan en casa”, sin embargo en el momento en el que llega una auditoría, los trapos sales a relucir a la vista de todos los vecinos y por supuesto no queremos que nadie vea las manchas. La administración de una entidad en un momento de desesperación puede hacer propuestas de dudosa virtud al auditor para que éste no exponga las “manchas” sin embargo, es la responsabilidad del auditor a su profesión y a la sociedad misma de hacerlo si es lo pertinente. ¿Y cómo juzgar cuando es lo pertinente? ¿Existe un libro que le diga al auditor como actuar de acuerdo a ala ética? Sí lo hay.

En México, los auditores deben de actuar con base a varios protocolos, entre ellos destacan las Normas de Auditoría Generalmente Aceptadas (NAGAS) y el Código de Ética de los Contadores Públicos. En el código de ética se menciona dos puntos sumamente importantes para el auditor. Estos términos son: independencia e imparcialidad. La independencia, es quizás una de las prácticas más importantes para la realización del trabajo del auditor. Por otra parte, la imparcialidad, es igualmente necesaria para que el trabajo del auditor no se vea viciado y por ende, caiga en prácticas indebidas.

Los distintos códigos y reglamentos que existen para la profesión del auditor establecen claramente cuáles son las prácticas y los comportamientos que se deben de seguir, todo esto, con el objetivo de preservar la veracidad en la opinión del auditor y con ello, se busca como resultado el conseguir un resultado que sea de real ayuda para los usuarios interesados.

Que la profesión de una persona lo orille a prácticas indebidas no justifica la aplicación de las mismas, sobre todo cuando hay un texto entero que ponga los medios para no hacerlo. Las prácticas indebidas en la auditoría son una realidad, es nuestro compromiso como contadores no ser parte de ellas.

Bibliografía

Instituto Mexicano de Contadores Públicos. Código de Ética Profesional.

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