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jueves, 12 de mayo de 2011

Agregando valor a la Auditoría… ¿Tarea fácil?

Por Carolina Hernández Torres
La auditoría es la actividad por la cual se verifica la corrección contable de las cifras de los estados financieros; es la revisión misma de los registros y fuentes de contabilidad que determinan la racionabilidad de las cifras que muestran los estados financieros emanados de ellos.
Nuestra normatividad fiscal es versátil hoy en día en México, está constantemente en actualización ya que con el objetivo de que los contribuyentes cumplan con sus obligaciones; la SHCP y el SAT han buscado conjuntamente nuevas e innovadoras formas de que esto sea llevado a cabo.
Derivado de estos cambios, nuestras leyes se han visto corregidas y modificadas, dando “oportunidades” a unos y otorgando ciertos “perjuicios” a otros; dentro de esto, a mediados del 2010, el auditor se vio afectado por las nuevas medidas que se emitieron para la obligación de Dictaminar Estados Financieros, las cuales se volvieron más selectivas en cuanto a los obligados afectando así el campo de trabajo de los auditores.
Thomas Jefferson dijo alguna vez: "Nada sobre esta tierra puede detener al hombre que posee la correcta actitud mental para lograr su meta. Nada sobre esta tierra puede ayudar al hombre con la incorrecta actitud mental", por lo que esta nueva medida tomada por el SAT no debe de frenar ni limitarnos, al contrario debe ampliar nuestro campo de trabajo para que así la auditoría no sea una obligación si no una necesidad para el usuario de la información financiera.
Para lograr este objetivo es necesario remontarnos a los inicios de la auditoría y de cómo surgimos como la necesidad a las razones de los negocios.
Hace tiempo, a mediados del siglo XVIII, en pequeñas y grandes ciudades europeas surgían nuevas formas de pensar, nuevas creencias, diferentes estilos y derivado de esto surgió la revolución industrial, es decir, surgió una nueva ideología de hacer negocios optimizando procesos y recursos.
En esta nueva época de grandes cambios, emergió la figura de un profesionista que buscaba la manera de revisar los procesos y evitar los fraudes; derivado de esto se dio a conocer al Auditor.
Durante la revolución industrial, el objetivo claro de los auditores era evitar los fraudes, ya que la mayoría eran negocios pequeños y no existían grandes transacciones agregando que los dueños de las compañías estaban tan maravillados con la producción en masa que no veían más allá de la operación.
Tanto el trabajo de auditoría como el auditor han sido siempre un parteaguas en la salud de cualquier empresa, por lo que, una vez que existió la necesidad de separar el capital de la propiedad del negocio; el auditor comenzó a encargarse de las labores de verificar y certificar la información que los administradores pasan a través de la cuentas de resultados.
En este momento el auditor se encuentra en una gran fase de cambio donde no sólo se dedicaba a identificar fraudes, si no que su trabajo se extendía a la explicación de las cifras contables de cualquier entidad.
Una vez que las nuevas tecnologías aparecen, las transacciones comienzan a ser voluminosas, su labor de mostrar una imagen fiel de la empresa se vuelve más importante que antes y proporcionar un examen adecuado del control interno se vuelve una prioridad.
Como se menciona anteriormente, la auditoría en un principio era el análisis de la información financiera y contable, y a través del tiempo, ésta se volvió una sinergia de actividades, teniendo hoy en día más de seis tipos de clasificaciones, que siendo aplicadas, generan una gran arma para cualquier administración y capital de cualquier entidad.
Es por esto, que como expertos en la profesión debemos de aprovechar nuestra posición dentro de la organización para sugerir la implementación de buenas prácticas y además identificar áreas de oportunidad para nosotros y nuestros clientes.
Como auditores no sólo debemos identificar y revisar; estamos obligados a implementar, innovar y dar nuevos enfoques a la profesión.
Si nuestros objetivos han sido la valoración, el examen crítico y sistemático, el emitir informes, gestionar, evaluar y revisar métodos; nuestra obligación es complementarnos como la clave de toda administración.
En nuestros nuevos objetivos de trabajo debemos ofrecer la identificación de nuevas áreas de oportunidad, de optimización, de detección y de rentabilidad de un negocio. El enfoque de nuestro trabajo ya no sólo tiene que ser contable si no también financiero. Nuestros resultados deberán ser enfocados al futuro de la operación derivado del examen de operaciones pasadas aplicando nuestros conocimientos a lo esperado y lo pronosticado.
La auditoría deberá ser vista como pieza clave de toda la entidad, algunas formas de administración, como el gobierno corporativo, obliga a las entidades a contar con departamentos de contaduría externa permanentes; en este punto los gobiernos han jugado un papel importante en el desarrollo de este tipo de administración ya que no sólo es una necesidad sino una obligación para empresas multinacionales e internacionales.
En México, los auditores debemos hacer la labor de hacernos indispensables en la entidad, no debemos esperar a que los gobiernos nos consideren un departamento obligatorio dentro de la misma.
Si logramos nuestros objetivos, todas las partes involucradas se verán satisfechas con estas nuevas medidas ya que interna y externamente nos verán como el departamento que complementará todas las áreas de la administración y control interno.
Nuestra labor como auditores externos, como firma auditora, para lograr este objetivo será ofrecer trabajos de calidad como se mencionó con anterioridad donde no sólo por ganar un poco más nos devaluemos como profesionistas.
Si todos los auditores comenzamos a establecer cuáles son nuestros objetivos como profesionistas, los delimitamos y los cumplimos, nuestra profesión será vista y renovada desde todos los sentidos y aspectos.
Amigo auditor, te invito a que no sólo ofrezcas lo necesario, si no lo que el mercado exige y exigirá; te convoco a que te unas al estudio y a la búsqueda de nuevas áreas de oportunidad dónde no sólo te beneficies tú, sino también tus clientes y usuarios de la información.
Hoy es el día en el que debemos dejar de ver al pasado; para convertirnos en la necesidad del futuro. Siempre hay que actualizarnos, cultivarnos y estar a la vanguardia de las necesidades de nuestro alrededor, ofreciendo siempre trabajos de calidad donde no sólo se vea nuestro conocimiento expuesto sino también nuestra ética y dedicación a la profesión.
Todo está en nuestras decisiones, ya que el que elige bien, elige su forma de vivir y de relacionarse con el medio. Elijamos el lado de la actualización y renovación, el del estudio y el de ofrecer trabajos completos que nos conviertan en la necesidad del hoy y del mañana.

Bibliografía
Auditoría 1. Presentación 1. Séptimo semestre 2010. IMCP.

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